Caperucita Leslye Roja y el Dragón de fuego.

Era largo y oscuro el túnel y había corrido como una legua escapando del Dragón más caliente que tubo del escape del Apolo 13. El vestido de Leslye estaba muy destrozado por lo s zarpazos que le había pegado el Dragón. Rauda y ágil se escabulló por un pasadizo, pero nooooo, ya no veía la luz final del túnel, era un callejón sin salida, se devolvió, tras ella estaba el Dragón apoyado en la salida fumando un Malboro. No había escapatoria .

Dragón: ¿qué haces acá niña?
Leslye: cruzaba el bosque para llevarle esta canasta con comida a la abuelita.
Dragón: mmm... me imagino que bueno sería comer ahora...( la miró fijo y movió su lengua entrenada y comenzó a acercársele)
Leslye: Nooo... (grito ella) no puedes comer nada, por lo menos de lo que llevo. Le puse mucha sal para que a la anciana le subiera la presión.
Dragón: mmmm... y ¿cómo te llamas niña?
Leslye: Leslye ¿y tú?
Dragón: R, solo R ¿y a qué dedicas el tiempo libre?
Leslye: Tengo un PYMEB, Pequeño Y Mediano Blog. Y ahora debo largarme por que caerá la noche y no traje cepillo de dientes, así que a-dios.

El Dragón se acercó y con su mano fornida, la tomo del cuello y le azotó la nuca en el muro.

Dragón: no iras a ningún lado.
Leslye: eso es lo que tú crees.

La chica con un certero kame-jame-ja en el entrepiernas lo liquidó. Escapó y corrió a la salida donde decía ESCAPE, pero para variar estaban bloqueadas. Buscó hasta que encontró la salida. Aun aturdida con el cabezazo se detuvo y pensó “ ya es de noche, afuera hay duendes, lobos feroces, hechiceros, flaites y nazis, además el dragón no está tan mal...”
Se devolvió. El Dragón seguía tirado , lo tomo de los pies y le hizo flexiones, le tiraba y le recogía las piernas.
En un gesto de agradecimiento la fiera le tomo la mano y se la besó, pero poco a poco fue subiendo por su antebrazo y lamiéndola

Leslye: epa, epa, epa... pa’ donde vay cabrito
Dragón: no te vas a venir a poner chucara ahora, entonces ¿para que regresaste?
Leslye: baja las revoluciones mira que regresé porque sentí cargo de conciencia después de dejarte hablando como pito.

No fue así, a Leslye siempre le gustó R, pero como este comía de todo en el bosque, tenia muy mala reputación.

La bestia nuevamente apoyo su cabeza en el suelo, se veía enfermo y decaído, aquel golpe le había herido su órgano principal, y él, al pensar que lo podía perder, quería morir.

Leslye sacó hierbas de la canasta que le llevaba a la veterana, fue al castillo del lado y le pidió a la Cenicienta agua caliente con la que preparo una infusión.

Leslye: R perdona, no fue mi intención herirte tan profundamente, fue un momento de miedo... es que te pusiste tan cargante. R ahora me gustaría confesarte que tu risa macabra me provoca cosas...

La declaración no tuvo repercusión, el Dragón de fuego estaba raja durmiendo, las hierbas lo relajaron. La cosa es que la muchacha se tendió a su lado y al tener su mollera media machucada tras el chancacaso, quedó lona en tres tiempos.

Los primeros rayos del cara de sopaipilla la despertaron, se levantó y movió al Dragón para que despertase...nada, lo cacheteo a ambos lados...nada. Recordó la leyenda que decía que este bicho solo despertaba tras el beso de la última conquista. Fue así como Leslye redondeó su boca y lo besó en la frente... R abrió sus legañosos ojos y al verla sonrió...

Dragón: ¿aun sigues aquí?
Leslye: sí, ósea no, lo que pasa es que me fui, mas se me quedó la canasta y me devolví y decidí despertarte.
Dragón: a mi no me la vendes niña...

Ya repuesto se levanto para pillar a la jovenzuela, ésta corrió tan rápido como pudo pero se descrestó de un porrazo, el Dragón la tomo en sus brazos para llevársela a su cueva, pero antes tomo su rostro con ambas manos para besarla y en ese momento... un rigtone de Iron Maiden del celular de la bestia, eran las siete de la mañana y debía estar en el trabajo. La soltó.

Dragón: adios niña.
Leslye: adios R, que la fuerza te acompañe.




R, tú sabes que yo te adoro. Un besote para ti.